Ecos de pulsar
Abrió la portezuela que divide la pequeña cocina del resto de la casa, mi hija recién nacida y mi amada esposa permanecían adentro tras el baño de medio día de la primogénita, yo sorbo mi taza y la coloco en la mesa central de la salita, Metztli dice que huele a café pero yo percibo el más puro concentrado de felicidad. Cora tiene hipo y cada contracción de su diafragma siento que está marcando algún pulso estelar. El perrito encerrado tres pisos abajo ladra sin cesar pero nadie lo oye, los aviones frenan justo sobre el edificio en el que habitamos y el eco del progreso le presagia una vida muy activa a mi pequeña coyote.
Xotlatzin >< :>
domingo 13 de noviembre de 2011; 14:05 hrs.