Volcán: Indagando sobre la vida y la muerte de Malcom Lowry  

Volcano: An Inquiry into the Life and Death of Malcolm Lowry



Espasmos  

Una vibración de tono grave,
un poco trepidatoria,
intimidante,
superlativa,
retumbó en el meridiano cero de mi cerebro;

no fue más que un impulso explosivo y momentáneo que disgregó mi atómico interno,
pero tu silencio medido,
del tamaño de mis reencuentros,
calmó el suspiro de mis desconciertos en un ligero tono suave que ya oscilaba en el va y ven de mis anhelos...

Xotlatzin :>
7 de Marzo de 2006


Ollin  


El Ollin es un símbolo muy completo, tanto que los antiguos mexicanos lo usaron para representar a Dios sin nombrarlo ni dibujarlo, resolviendo muy elegantemente lo que los occidentales intentaron por siglos sin éxito.

Los hombres del “antiguo continente” se han metido (no pocas veces) en callejones sin salidas, como el angustiarse ante la imposibilidad de nombrar a Dios, por ser Su naturaleza muy superior a la que pudiera tener un vocablo o una imagen.

Los hebreos inventaron un nombre (Y, H, V, H), cuatro consonantes sin vocales, imposibles de pronunciar, para referir, sin nombrar ni dibujar (iconoclastas) al Creador. Con el tiempo esas letras derivaron a Yahveh o Jehová, cayendo en el “pecado” de la representación.

En cambio, el concepto de divinidad entre los mexicas es dual, todos los dioses mexicanos tienen pareja, Ometecuhtli El Señor Dos se complementa con Omecihuatl La Señora Dos para constituir el principio creador. Al ser todo dual para los mexicas, y debería de serlo para el mundo entero, pusieron al principio creador en el centro de esa dualidad “contraria” o equilibrante, complementadora. Los mesoamericanos representaron a las fuerzas contrarias entrelazadas, apareciendo automáticamente dios en el centro de esa unión, en ese espacio vacío de densidad infinita donde todo está sin aparecer, resolviendo el dilema de la representación divina sin nombrarla ni dibujarla.

También creen los mexicanos que los brazos de los semicírculos representan los cuatro soles o eras en las que la humanidad ha perecido, y que vivimos, ésta última versión de humanidad en el quinto sol, es decir, en el centro del ollin.

Hay que tener cuidado de algunos grupos (bien o mal intencionados) que han usado el símbolo de una manera descontextualizada para fines esotéricos o metafísicos; basta con una búsqueda en Google de la palabra para comprobarlo.

Por cierto, el símbolo asiático del yin y el yang es lo que más se le asemeja al ollin por su dualidad.

Más información en: Tlamatzinco: Glifo del movimiento espiritual mesoamericano.

Ollin, un túnel de intercambio con mi anti-Yo.

Xotlatzin >< :>
miércoles 23 de julio de 2008; 10:56 hrs.


¡Para qué ir tan lejos!  


-¿A qué destino lo llevo? –Preguntó el taxista.

Pensé que era un ángel y lo volteé a ver con un poco de escepticismo.

-¡Al sur, por favor! Tome la avenida Insurgentes con sentido hacia el estadio olímpico. -Le dije.
Pensé que lo mejor del mundo estaba en México, en el Anáhuac, en Tenochtitlán, en el sur de Coyoacán, justo donde nací.

Recordé con gusto a Thoreau cuando dijo:

"Creo que no se puede esperar nada de ti, si el pedazo de tierra bajo tus pies no te sabe más dulce que el de cualquier otra parte del mundo y de cualquier mundo."


Entonces el destino de cada quien queda marcado en el lugar donde cada cual ha enterrado su ombligo.

Pagué lo que indicó el taxímetro más el 10%, acompañado de un gracias a ese modesto ángel que me había regresado a mi destino.

Xotlatzin >< :>
domingo 25 de mayo de 2008; 12:45 hrs.


Fotografiando espectros  


Toda cámara digital viene con un filtro bloqueador de rayos infrarrojos, éstos rayos tienen una longitud de onda mayor al espectro visible para el ojo humano, por lo que no los vemos, pero su incidencia en los sensores electrónicos de las cámaras digitales, o en la película de las cámaras tradicionales, afectarían en gran medida la nitidez de la imagen.

Hay filtros que suprimen parte del espectro visible pero no las emanaciones infrarrojas. Algunos lentes traen líneas marcadas para corregir el enfoque, ya que la longitud de onda de estos rayos escapa a nuestra capacidad de percepción y sin tal guía nos sería imposible tomar exposiciones infrarrojas nítidas.

Llegaban ideas en pulsos poco comunes, no las entendía, las percibía, las bosquejaba pero no las definía, me acordé de mi cámara e intuí cierta analogía. ¡Qué impulsos tan difusos! En otras circunstancias no hubieran captado mi atención, sólo hubiera contraído los hombros y asunto olvidado, -¡divagaciones! – Hubiera murmurado hacia mis adentros. Pero ahora recordaba lo que pasa con la luz, alguna semejanza debe ocurrir con el pensamiento.

Imagínense descubrir ese ajuste en nuestros juicios y lograr visualizar otro intervalo del espectro cognoscitivo, alargarlo, o mejor aún, descubrir que se curva, que tiene hoyos negros, que explota, que se expande y se contrae, que también forma parte del trinomio espacio-materia-tiempo; ¡qué tal si ese enfoque nos permite escribir por fin las leyes que se nos escapan!

Pensar que la respuesta está en quitar ese filtro y encontrar la constante que permita refinar nuestros cuestionamientos, una vez resuelto, a usar el buen ojo y dedos seguros para captar el proceso preciso, meternos en el cuarto oscuro del pensamiento con sólo cerrar los párpados, ayudarnos de esa luz que se tiñe de rojo por los vasos capilares y ver aparecer verdades, frotar el papel donde la fricción requiera de contrastes, o bañar la idea de detenedor para que no se queme y fijar para siempre el descubrimiento en la mente con unos baños de repasos continuos.

-¡Estamos cerca!, - me digo; saco mi cámara, medito, rompo sus filtros pero lo veo todo borroso, ¿álguien sabe como corregirlo?

Xotlatzin >< :>


Malcolm Lowry  


Acabo de leer un artículo sobre la obra y la vida de Malcolm Lowry (Max, 2007); es impresionante cómo la genialidad y el deterioro humano pueden coexistir en un mismo ser. Malcolm era un maestro del simbolismo literario, pero debido a su alcoholismo, era incapaz de concretar sus propios proyectos.

Margerie, su esposa por 17 años, enfocó lo mejor de sus dotes de escritora a los trabajos de Malcolm; juntos ordenaban, corregían manías de escritura, discutían desenlaces y reescribían los borradores de El volcán “Volcano”, diamante en bruto con el que había llegado el novelista al altar en el año de 1940. Tras seis meses de trabajo intenso lograron un segundo borrador de la obra, provisto de buen ritmo gracias a ella y estructurado con múltiples recubrimientos del simbolismo más puro de Malcolm. El manuscrito era aún imperfecto, cuando el agente del Malcolm, Harold Matson, mandó la nueva versión de El volcán a doce editoriales, ninguna lo aceptó. Lowry se colapsó pero Maregrie a su lado se sobrepuso. Poco después escribieron a Matson aceptando que el manuscrito necesitaba de más trabajo.

Restableció la pareja su rutina creativa para depurar la obra, se engancharon en un diálogo escrito, hablado, prolongado, exhaustivo y cuidadoso, reescribieron muchas oraciones una y otra vez, acompañándolas de decenas de galones de whisky y de cientos de pastillas para dormir a lo largo de casi 4 años; Malcolm escribe:

Después de mucho, empezó a percibirse un ruido como de música.

Agonizando el año de 1944 Lowry puso punto final a la novela.

Mientras la pareja revisitaba en México algunas de las localidades en las que se desarrolla la trama, recibieron dos cartas de aceptación para la publicación del trabajo, una oferta era del editor inglés Jonathan Cape y la otra de la editorial norteamericana Reynal & Hitchcock. Nacía así la difusión de una de las novelas más importantes de todos los tiempos, Bajo el volcán, obra que lleva al idioma inglés a rasguñar rincones insospechados del lenguaje.

Margerie nunca alcanzó con sus escritos propios las alturas que visitó con Malcolm, pero él nunca hubiera amalgamado sus atomizadas genialidades sin la participación de ella, la suya fue una cópula de águilas que se olvidaron de la caída libre; su equilibrio era insostenible por mucho tiempo, era anómalo.

Las circunstancias de la muerte de Malcolm son tan difusas como la realidad que él debió percibir tras la ingesta de alcohol, pastillas para dormir, inyecciones de apomorfina y tabletas de vitaminas para contrarrestar la cruda; en una de esas transiciones, la noche del 26 de junio de 1957, a los 47 años, Malcolm dejó de sufrir, pero también de crear, de gritar con frases, de contrarrestar sus infiernos y sus simas a fuerza de destellos literarios.

El genio adormecido de Lowry despertaba en pulsos discretos que zarandeaban al mundo, para sumirse después en los delirios del borracho. Hay poco poético en el alcoholismo.

Margerie, contagiada de cumbres pero también de adicciones, vio estrellarse a su compañero, a su colega, a su cómplice. Hace 51 años que el escritor inglés está debajo de Bajo el volcán, en la región del silencio, en la región de lo negro, como la tumba donde yace su amigo; hace 10 años, a la edad de ochenta y tres, en 1988, ella lo alcanzó al morir en una clínica de Los Ángeles, California, llevándose el misterio de haber sido tanto su apoyo como su posible victimaria.
Bajo el volcán, aclamada por la crítica como la última gran novela modernista, es todavía veta rica para los curiosos que intentan desenredar su red de simbolismos.

Malcom vivió con un pié allá, en ese mundo al cual describió como nunca nadie lo ha hecho, el otro pie lo apoyaba temblorosamente en el mundo “real”; Malcolm anotó al margen de uno de sus escritos, refiriéndose a su hijo ¿cuántos años tiene Tommy? Averiguar.

Vik Doyen, un académico belga que ha hecho un estudio minucioso sobre los documentos que atestiguan el proceso de elaboración del libro El transbordador de octubre, ha declarado su tristeza al ver tanto desperdicio de posibilidades y de genio.

La palabra escrita acompañó casi todo momento de la vida de Malcom, escribía en los bares, en la alberca, en todos lados y en casi cualquier estado de consciencia; él siempre recomendaba -¡Tomen notas! Aquí dejo las mías del articulo: Max, D. T., December 17, 2007, Day of the dead: The New Yorker, p. 76-85.

Xotlatzin >< :> domingo 18 de mayo de 2008; 13:22 hrs.


De Aute a López, prefiero a López  

Hay cantautores famosos por la poesía de sus canciones; meten frases hermosas aderezadas con buen ritmo y agradables notas musicales, pero no dejan de ser adaptaciones de estrofas secuestradas de otros autores, de ese tan cercano (lejano) mundo literario.

En cambio, Jaime López es la neta del planeta; su letra es simple, llana, directa, sublime y mundana a la vez. Con él pasa lo contrario que con Aute. López va de de lo musical a lo poético, él exporta, no importa, su poesía es extra-pura y auténtica, como esos chocolates 100% cacao.

¿Una probadita? Ahí les va ..

La ofrenda (Jaime López):









Pareciendo oírte hablar del dulce cansancio
del placer cumplido desde ignoto lugar
apagué la lámpara y llegó de lo lejos un olor a incienso que me vino a incendiar
tú que te has perdido para al fin encontrarte
y hay señales de humo desde algún callejón
sólo sé que existas donde existas excitas
y eres tú la reina y lo demás qué se yooo.

Si alguien osa perseguir, perseguirte cual alfil
que proteja un jaque mate
que proteja un jaque mate al infeliz.

Dicen que es un campo de batalla la mente
y de muy dementes el desearla tomar
la locura atrapa con sus gatos guardianes
al ladrón que intenta profanar más allá
no me queda duda que tu cuerpo es un templo
no me queda duda que al entrar siento a Dios
dicho de otro modo si el altar es la cama
eres la deidad y la ofrenda soy yo.

No, a nadie quiero convencer
convencer de lo que sé
que predique el inseguro,
que predique el inseguro de su fe.

No me queda duda que tu cuerpo es un templo
no me queda duda que al entrar siento a Dios
dicho de otro modo si el altar es la cama
eres la deidad y la ofrenda soy yo.

No, a nadie quiero convencer
convencer de lo que sé
que predique el inseguro
que predique el inseguro de su fe

No, a nadie quiero convencer
convencer de lo que sé
que predique el inseguro
que predique el inseguro de su fe.

No, no no, a nadie quiero convencer
convencer de lo que sé
que predique el inseguro
que predique el inseguro de su fe.

No, a nadie quiero convencer
convencer de lo que sé
que predique el inseguro
que predique el inseguro de su fe.


Canción: La ofrenda (3’:38”). Álbum: Arando al aire. Artista: Jaime López. Año: 2007. Disquera: DISQUERAGLOBAL E. RACK.

Xotlatzin >< :>
lunes 26 de mayo de 2008; 10:20 hrs.


La libertad de una ceja  

Mirando al techo me toqué las cejas, una se desprendió suplicando que la liberara de mí en seguida; yo intenté darle alturas, la lancé con la esperanza de que un remolino la elevara satisfaciendo su último deseo antes de ser sepultada entre el polvo infestado de ácaros.
Cayó cual pajarito desprovisto de alas, ella de pájaro.

Llegó Metztli cantando y dijo que quería echarse una marometa, yo aplaudí y me desentendí por siempre de lo caprichoso que se puede poner el aire o de las malentendidas libertades.

Xotlatzin >< :>
domingo 25 de mayo de 2008; 12:11 hrs.


Soñar haciendo  

Si hay largos períodos a los que uno está obligado a permanecer sentado, deben de usarse eficientemente para terminarlos lo antes posible y así poder levantarse, apretarle la agujetas de los New Balance con la vista puesta muy lejos, rumbo a las cumbres.

Como dice mi padre en un cuento por medio de su personaje Juan Perez (Perez así, sin acento): “Hay soñadores que nada más sueñan. Otros soñamos y hacemos.”

El sentarme a escribir sólo me lo permito para transcribir el borrador de lo que he anotado mientras caminé soñando, de lo que soñé actuando, en un bello estado de sonambulismo en el que mis actos son dirigidos por mis anhelos; eso es la vida, un sueño dinámico en el que el despertar con la flor azul en la mano es posible.

Xotlatzin >< :>
sábado 14 de junio de 2008; 10:52 hrs.


Octavio Paz: Entrada en materia  

Te llevé a casa, te encontré perdido y temeroso, arrumbado en la sección más olvidada de los libros que valen diferente.
En la primera página una línea: las dos orillas, en el otro extremo tu lugar de origen, me alargabas no la mano sino el sentido y sentí que el horizonte era curvo y que me contenía circunscrito.
Una nueva hoja se abrió, irónicamente sepultada por una más vieja (los libros deberían de empastarse de manera que uno terminara leyendo la primer página, la más nueva, como lo hace la Tierra), brinqué directamente a la última de sus líneas: solo a dos voces. Octavio es una de ellas, mi lectura completaba el dueto; afiné la voz y leí el primer poema:




Bramar de motores
                                    río en crecida
silbidos latigazos
                                chirriar de frenos
algarabías
                    El neón se desgrana
la luz eléctrica y sus navajazos
Noche multicolor
                                  ataviada de signos
letras parpadeantes
obsceno guiño de los números
Noche de innumerables tetas
y una sola boca carnicera
gatos en celo y pánico de monos
Noche en los huesos
                                      noche calavera
los reflectores palpan tus plazas más secretas
el sagrario del cuerpo
                                         el arca del espíritu
los labios de la herida
la boscosa hendidura de la profecía
Ciudad
               montón de piedras
en el saco del invierno
Crece la noche
                           crece su marea
torres ceñudas con el miedo al cuello
casas templos rotondas
                                             tiempo petrificado
graves moles de sueño y de orgullo
el invierno las marca con sus armas crueles
piedras recomidas hasta el hueso
por el siglo y sus ácidos
                                             el mal sin nombre
el mal que tiene todos los nombres
clavado
enquistado
hasta el meollo del hierro
y las ciegas junturas de la piedra
Ciudad
                                   entre tus muslos
un reloj da la hora
                                  demasiado tarde
demasiado pronto
                                  En tu cráneo
pelean las edades de humo
                                                   en tu cama
fornican los siglos en pena
Ciudad de frente indescifrable
memoria que se desmorona
tu discurso demente
                                       tejido de razones
corre por mis arterias
y repica en mis tímpanos tu sílaba
tu frase inacabada
Como un enfermo desangrado se levanta
la luna
sobre las altas azoteas
La luna
como un borracho cae de bruces
Los perros callejeros
mondan el hueso de la luna
Pasa un convoy de camiones
sobre los cuerpos de la luna
Un gato cruza el puente de la luna
Los carniceros se lavan las manos
en el agua de la luna
La ciudad se extravía por sus callejas
se echa a dormir en los lotes baldíos
la ciudad se ha perdido en sus afueras
Un reloj da la hora
                                   ya es hora
no es hora
                    ahora es ahora
ya es hora de acabar con las horas
ahora no es hora
                                es hora y no ahora
la hora se come al ahora
Ya es hora
                    las ventanas se cierran
los muros se cierran las bocas se cierran
regresan a su sitio las palabras
ahora estamos más solos
La conciencia y sus pulpos escríbanos
se sientan a mi mesa
el tribunal condena lo que escribo
el tribunal condena lo que callo
Pasos del tiempo que aparece y dice
¿qué dice?
¿qué dices? dice mi pensamiento
no sabes lo que dices
trampas de la razón
crímenes del lenguaje
borra lo que escribes
escribe lo que borras
el haz y el envés del español artrítico
Hoy podría decir todas las palabras
un rascacielos de erizadas palabras
una ciudad inmensa y sin sentido
un monumento grandioso incoherente
Babel babel minúscula
otros te hicieron
los maestros
los venerables inmortales
sentados en sus tronos de cascajo
otros te hicieron lengua de los hombres
galimatías
palabras que se desmoronan
Vuelve a los nombres
                                       ejes
anchas espaldas de este mundo
lomos que cargan sin esfuerzo al tiempo
Nombres
                  vidrio mirada congelada
pared máscara de nadie
libros de frente despejada
hinchada de razones enemigas
mesa servil a cuatro patas
puerta puerta condenada
Nombres
                  verdades desfondadas
No pesa el tiempo
                                 es pesadumbre
No están las cosas en su sitio
no tienen sitio
                           No se mueven
y se mueven
                       echan alas
echan raíces
                        garras dientes
tienen ojos y uñas uñas uñas
Son reales son fantasmas son corpóreas
están aquí
                     son intocables
Los nombres no son nombres
no dicen lo que dicen
Yo he de decir lo que no dicen
Yo he de decir lo que dicen
piedra sangre esperma
ira ciudad relojes
pánico risa pánico
Yo he de decir lo que no dicen
promiscuidad del nombre
el mal sin nombre
el nombre de los males
Yo he de decir lo que dicen
el sagrario del cuerpo
                                         el arca del espíritu.


Me saltó el ya es hora; seguí leyendo y se acaba mi camino con el arca del espíritu.

Tú, librito en tu quinta edición, como el Sol en el que vivimos, cotejo la voz de tu autor con la mía, te vistes mejor con tu servidor, ¡que él te forme para que yo te paladee! Salamandra, Cuetzpallin, Tierra, ¡mi útero hecho palabra!

Xotlatzin >< :>
lunes 2 de junio de 2008; 23:40 hrs.


Insomnio con Whisky y tu tercera pestaña  

La soledad suena a eco del big bang,
sordo,
azul,
denso,
hacia adentro.


Es canto de materia que cae en su propio abismo,
desmoronándose lento.


Con el estómago semi apretado y los ojos fijos en el infinito,
la boca tensa, la respiración vuelta suspiros,
no de nostalgias, de escritos.


Huele a un hielo secado por el whisky vertido,
a boca partida por besos fingidos,
abrazos de viento helado, sudando su rocío,
bailando entre nieblas en muelles movedizos,
sobre la punta última de una península angosta,
fría,
mientras me cuelgo de tu tercer pestaña descubierta por un brillo.


¡Si la soledad es muerte,
Yaki,
ven conmigo!


Xotlatzin >< :>
tres de febrero de 1998; ~04 hrs.


Un instante amalgamado  




De roca, acero, cristal, vara y luz, un instante amalgamado.

Xotlatzin >< :>
viernes 29 de mayo de 2009; 10:36 hrs.


Por unos poco momentos  

Según Carlos Castaneda, Don Juan Matus le dijo (p. 81):

La libertad no puede ser una inversión. La libertad es una aventura sin fin en la cual arriesgamos nuestras vidas y mucho más por unos poco momentos de algo más allá de las palabras, más allá de los pensamientos o de lo sentimientos.


Bibliografía:

Castaneda, Carlos, 1993. El arte de ensoñar (The Art Of Dreaming), Harper Paperbacks, pp. 272.


Entes del J&B  



Ese olor a madera evaporada, seca y resinosa me cosquilleó los lagrimales, alcanzándome accidentalmente el punto “g” nasal, entonces se me mojó la mirada sin sentimientos de por medio, y en la más aletargada de las dichas sorbí la tapadera del termo con J&B; dos hielos gemelos me miraron petrificados ¿o he de decir cristalizados?, mutantes, creo que hasta resignados, noté que algo los unía, una súplica sin voz ni cara ni nada; traté de entenderlos pero no supe cómo.

Creo que Metztli se percató de la interferencia porque sin mencionarlo los miraba también sorprendida; las lisas figuras tenían caras de hormiga y goteaban en su impotencia las mandíbulas desdibujadas.

En esa casa ajena, hueca, sucia y poco receptiva a nuestra intrusa presencia, de alguna forma todo era dual, pero no sentíamos afinidad por ninguno de sus extremos.

Le corté la cabeza a las criaturas criogénicas a expensas de rayarme el esmalte de un colmillo apenas con media vida útil, curé el potencial daño con los residuos mezclados de los diminutos icebergs y sentí arder mi laringe endragonada.

El J&B aumentaba su densidad, el agua se mezclaba un poco como la haría con un aceite muy liviano, las turbulencias de la monocromática homogeneización me recordaron la noche estrellada de Van Gog, tan estática como la foto de los hielos, como las letras de este escrito y tan intempestivas como las haga el lector, el observador o el bebedor de sequedades.


Xotlatzin >< :> jueves 21 de mayo de 2009; 22:02 hrs.


La raza cósmica me ha jalado  

El horizonte se me precipita, es como si la línea me succionara, mi caer no es hacia el centro de la Tierra sino hacia el corazón del Sol, esas auroras boreales son manchas de otros corazones con los que comparto el sino.

En algunas tormentas los granos afilados de la arena recién despeñada pintan mis mejillas con hilos púrpura-escarlata. Soy rápido pero no lo suficiente para cortar mi ombligo que gravita en este mundo planetario, ¿estaré también condenado al eterno retorno? Me aterra el pensarme en un continuo caer rasante, sólo el águila mexicana me clava la mirada llena de reflejos áureos y me pregunta sin decirlo si es hora de que me aviente la serpiente. Yo me opongo, quiero ir un poco más rápido, sólo superarme a mi mismo una fracción de segundo cada ciclo, si lo logro dejaré de caer para perderme en una elipse más elevada.

¿Pero es que no lo veo? ¡Caigo a ésa estrella y creo que lo hago hacia la Tierra! Ahora lo comprendo todo y me paro, ya no lucho ¡pues ya con el nacer lo había alcanzado! ¿Por qué siempre persigo lo que tengo?

Ahora todo es negro, las auroras son ya una dona bajo mis pies correosos y siento cómo el viento solar cauteriza mis heridas faciales.

Me precipito al Sol y los campos vectoriales secundarios se debilitan en mi ombligo ¡La raza cósmica me ha jalado, los ojos del ave son los de Tonatihu, me reintegro al Universo que ha explotado! El Dios me pregunta sin decirlo si es hora de que me aviente la serpiente. Yo me resisto, y veo cómo Tezcatlipoca Negro y Rojo siguen luchando, y mi corazón se hincha en mi alma atemporal y ya no sé si soy finito o infinito, o una combinación antagónica de plenitudes.

Tú estas serena a mi lado, eres mi complemento y suspiras dulcemente en medio de mis batallas, afuera y en mis adentros llueve.


Xotlatzin
Julio 2, 2007.
Houston, TX.


Ome Tochtli  

.
Petrificado de placer, agonizaba en la tarde; me bañaba del cristalino fluido helado de recuerdos, los contemplaba pegándome en pulsos hechos de imágenes febriles, los soñaba como estatuas asesinadas y mi penitencia era esa adicción perenne por contarles sus dedos, como lo recomienda Xavier Villaurrutia:

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de sueño».

Las turbulentas lenguas solares alborotaban mi cenizo cabello, las veía desde el pedregal basáltico, caliente, húmedo, plagado de tlacuaches y de varillas para apuntalar mis papalotes.

De vez en vez mi perro Jeremías le pedía prestados sus rizos a Tonatiuh, yo sabía que realmente era Xólotl jugando a ser nagual.

Los anhelos juveniles se me escurrían cual resina a un tronco, perfumándome la aureola de pachuli.

Creo que fue cuando vi al conejo, justo en el segundo día en que sorbí mi cántaro con octli, mi cuerpo no deja de reblandecerse desde entonces.

Xotlatzin >< :>
Sábado 3 de marzo de 2007; 19:47 hrs.


Jaime López: Cruel carrusel  














Cruel Carrusel (4:56)
Jaime López & José Manuel Aguilera
No más héroes, por favor
(p) 2006 Fonarte Latino, S.A. de C.V.



Te amé muriéndome de hambre y en la noche llovía el alcohol,
entonces daba la vida por robarle algún verso al amor,
y besaba más bien al cigarro y de esto jamás se escribió,
te amé muriéndome de hambre y en la noche llovía el alcohol.

Te amé pegada a la barda y la fábrica en eso silbó,
contigo anduve en los rieles del tranvía que un día paso,
y tomamos café con los chinos y de esto jamás se escribió,
te amé pegada a la barda y la fábrica en eso silbó.

Y de pronto un oscuro total dando vueltas ahí me quedé,
¡el cruel carrusel, ya sabrás, el cruel carrusel, ya sabrás!

¡Cruel carrusel, cruel carrusel, detente ya, detente ya!
¡Cruel carrusel, cruel carrusel, detente ya, detente ya!

Te amé cayéndome al suelo y en el suelo aun fue mejor,
los pies en las nubes tenía la cabeza rodando a un rincón,
y cantabas con tus carcajadas y de esto jamás se escribió,
te amé cayéndome al suelo y en el suelo aun fue mejor.

Yo que sé si pasaste y te vi, sé que aquella aunque no eras tú
bastante tenia de ti, bastante tenia de ti.

¡Cruel carrusel, cruel carrusel, detente ya, detente ya!
¡Cruel carrusel, cruel carrusel, detente ya, detente ya!


Foto tomada del artículo: "Y quién es ese pinche ruco", 9 de julio de 2007, Gaceta de la Universidad de Guadalajara.


Hecho de maíz  





Esta mañana no prendí la televisión mientras comía el cereal; observé mi vaso y pensé lo bien que le iban a mi genética esas hojuelas de maíz. Según mis ancestros, los mexicanos no fuimos hechos de barro sino de maíz.

Oía el agua golpear la tina con sus "Chac-Chac" (como el nombre del Tláloc maya), pero unos cuantos impactos se escuchaban atenuados.

Pretendí ser el Dios Murciélago e imaginé que podía configurar cada impacto que producía cada gota, entonces formé una imagen y "vi" el cuerpo de Xilonen en una lluvia con vapores frescos, ella también está hecha de maíz, pensé, y la siguiente cucharada de cereal me supo deliciosa.

Ilustración de Xilonen por Miguel Covarrubias, basada en la imágen en el Códice Maglabecchiano (imágen tomada de Mexicolore).

Xotlatzin >< :>
Viernes 15 de mayo de 2009; ~07:45 hrs.


En busca de un washitsu  

Me cambio de país, depués de siete años, me mudo.

Por los altos costos que implicarían transportar mis cachivaches , me veo en la necesidad de tirar las tres cuartas partes de mis pertenencias (tal vez más); lo increíble es que me está gustando la purga, de ahora en adelante implementaré la práctica de desprendimiento periódico. Creo que me encantaría un cuarto estilo japonés.

Xotlatzin >< :>
Jueves 14 de mayo de 2009; 15: 40 hrs.


Juego para lograr lo impensable  



Según Carlos Castaneda, Don Juan Matus le mostró el camino para realizar lo impensable:

El truco es simplemente pretender que uno hará algo.


Con tal actitud pasan dos cosas, según el chamán yaqui, el acto de convencerse a uno mismo, y el acto de ser auto-convencido.

Hacía algunos meses que quería retomar mis caminatas, pero la modorra de las seis de la mañana anulaba mi voluntad, así que pretendí que era un caminante matutino y que me pararía temprano, hora y media después me descubrí en la regadera, contento de haber pretendido, y así, de haber destrozado la renuencia.

En este “autoengaño” hay algo curioso, en primer lugar uno no se hace un compromiso fuerte, por lo que no hay riesgo del desengaño que nos pudiera hundir en sentimientos de culpabilidad; por otra parte, hay algo que atrae a intentarlo, a seguir el juego de la pretensión, eso rompe las resistencias de una manera muy natural y relajada.

Como dice mi papá:

El amor, como el alcoholismo, comienzan de la manera más inesperada, como un juego.


Así también podría iniciar aquello que ahora se nos hace imposible de alcanzar.


Bibliografía:

Castaneda, Carlos, 1993. El arte de ensoñar (The Art Of Dreaming), Harper Paperbacks, pp. 272.


Xotlatzin >< :>

Jueves 14 de mayo de 2009; ~ 06:45 hrs.


¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick? por Atilano Contreras-Ramos  

Quiero compartir con ustedes una reflexión del Dr. Atilano Contreras-Ramos (2007):



¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick?

Como dirían dos viejos amigos que se ven de vez en cuando, tenemos mucho de que conversar. Hay aspectos de actualidad, tales como qué modelo de trabajo científico se aplica en México y si es idóneo para el tipo de país que deseamos tener, temas que sin duda son importantes para nuestro quehacer académico y sobre los que es necesario debatir. No obstante, desearía primero compartir brevemente un tema conceptual, presentado hace más de 40 años por el físico John R. Platt, en un artículo frecuentemente citado (Science 146, 1964, p. 347-353), sobre lo que él denominó “inferencia fuerte” (strong inference, o inducción poderosa, en traducción libre).

A pesar de los años que tiene esa publicación, aparentemente su propuesta no ha permeado el mundo de la ciencia, menos aun el de otras ramas del conocimiento o de la actividad social, como la política, donde sin duda se podría aplicar también.

En pocas palabras, la exposición de Platt se basa en que no todas las ramas del saber científico avanzan al mismo ritmo, sino que algunas, como la biología molecular o la física de alta energía avanzan mucho más rápido (al menos en 1964). La explicación, argumenta Platt, no radica en la calidad de los científicos o en la cantidad de fondos dedicados a cada investigación, sino en un aspecto intelectual. La causa descansa en la aplicación de un tipo de método que combina la inducción tradicional de Francis Bacon, complementada con el “método de las hipótesis múltiples” del geólogo T. C. Chamberlin, más o menos organizado en los siguientes pasos:

  1. Diseño de hipótesis alternativas,
  2. Diseño de un experimento crucial, o varios de ellos, para corroborar las hipótesis,
  3. Ejecución del experimento de manera que se obtenga un resultado limpio,
  4. Reciclaje del procedimiento con la elaboración de subhipótesis o hipótesis secuenciales para refinar las posibilidades restantes, y así sucesivamente.

Para que el método surta efecto debe aplicarse sistemáticamente, en todos los problemas científicos, de manera formal y explícita.

En realidad, lo más difícil podría ser cambiar nuestro esquema de pensar y actuar, de uno orientado al método a otro orientado a los problemas. Otra dificultad es que muchos científicos trabajan sobre una sola hipótesis (posible explicación a una pregunta), por lo cual desarrollan vínculos afectivos hacia ésta. Así, puede haber varios científicos, cada uno en la defensa de su propia hipótesis, lo que por razones sociológicas podría traer un avance más lento en su disciplina.

Platt explicó que en los tiempos clásicos de la biología molecular, podía observarse el pizarrón del laboratorio de Francis Crick en Cambridge, cada mañana, cubierto de árboles lógicos, con rutas a seguirse para intentar responder varias preguntas, es decir, con posibles experimentos que eliminarían algunas de las hipótesis alternativas para cada pregunta, árboles que eran modificados a lo largo del día conforme se iban llevando a cabo los experimentos.

¿Qué ha pasado desde entonces en otros laboratorios del mundo y en otras disciplinas? ¿Por qué la ciencia parece avanzar más rápidamente en unos países que en otros? En cuanto a disciplinas, se puede argumentar que hay algunas que comunidades bióticas, son heterogéneos y no tienen comportamientos predecibles, como sí ocurre con el movimiento de los cuerpos o de las partículas subatómicas, en el caso de la física. En cuanto a países, una explicación es que no todos destinan el mismo porcentaje del PIB a la ciencia.

Tales argumentos son importantes y poseen cierta validez, pero puede haber otros. Por ejemplo: ¿no estarán ausentes en nuestros laboratorios esos momentos necesarios para sentarse a pensar detenidamente qué preguntas queremos contestar, con qué experimentos u observaciones las podríamos resolver y cuáles serían las explicaciones alternativas que tendríamos que descartar paso a paso, de manera que nuestro árbol lógico en el pizarrón del laboratorio se modifique día a día con nuestros resultados y los de nuestros estudiantes? ¿Es posible hacerlo en medio de los numerosos trámites burocráticos que deben hacerse para conseguir que se libere el dinero necesario para comprar desde un matraz hasta un gramo de reactivos?

Valdría la pena someter a prueba modelos que permitan a los científicos mexicanos dedicar la cantidad y calidad de tiempo a la ciencia equivalente a la que invierten los científicos del llamado primer mundo ¿no lo cree usted, amable lector?

Texto del Dr. Atilano Contreras-Ramos (Profesor Investigador de Tiempo Completo, Laboratorio de Sistemática Animal, CIB, ICBI, UAEH.

Bibliografía:

Contreras-Ramos, Atilano, 2007. ¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick?, Herreriana, 3(1): 7-8.

Platt, J.R., 1964. Strong Inference. Science, 146(3642): 346-353.


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No me fatiga la tempestad sino la náusea (Séneca).