Charles Bukowski: Oh, sí  

Hay peores cosas que
estar sólo
pero a menudo toma décadas
entender esto
y la mayoría de las veces
cuando lo haces
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
demasiado tarde.

- Bukowski, Charles, 2008, The pleasures of the damned (poems, 1951-1993); Ecco, Harper Collins Publishers, Firs Ecco edition, New York, U.S.A., 556 pp. (Traducción de Xotlatzin del sábado 10 de noviembre de 2012; 13:30 hrs.)


William Carlos Williams: retrato proletario  

Una joven gorda con cabeza descubierta
y delantal

Su pelo alisado parada
en la calle

Un pie con calceta apoya el talón
sobre la banqueta

Su zapato en su mano. Mirando
cuidadosamente dentro de él

Saca la plantilla de papel
para encontrar el clavo
Que la ha estado lastimando.

Traducción de Xotlatzin >< :>
lunes 26 de septiembre de 2011 ~22:20 hrs.


Hacia adelante  

"Debemos ir hacia adelante, con incertidumbres quizá, pero con todo el coraje de que somos capaces."
William Carlos Williams.

Esa loma soleada con espigas doradas
que evidencian aleteos de mantarrayas invisibles
me atrajo a cruzar la cañada,
es tarde ya y en el camino se nos unirá mi pequeña coyote.

No importa que al llegar sea de noche,
que nos resfríe el vendaval,
que encontremos la yerba fría y aplastada.

Salimos de la cabaña,
cerré la puerta y tiré la llave en el arroyo crecido,
vamos en camino.

Xotlatzin >< :>
viernes 23 de septiembre de 2011; 08:16 hrs.
cerca del Tepeyac, México D.F.


José Miguel (Jomi) García Ascot: Sentarse aquí otra vez  

SENTARSE AQUÍ OTRA VEZ

Sentarse aquí, otra vez, y querer decir algo
a manotazos;
tiar uno tras otro los papeles
con cáscaras de nombres
como un rodar de piedras
como trapos
como cajas vacías
como colillas de cosas que fueron hermosas
o terribles.

Sentarse aquí, otra vez,
rascando con las uñas el silencio,
labrando en vano estos secos terrones,
mascando el aire,
escombrando el papel
como un terreno baldío,
pensando en el instante de la muerte
en que todos los nombres juntos
se me vendrán a solas
demasiado tarde.

García Ascot, Jomi, 1975. Un modo de decir, Universidad Nacional Autónoma de México, 99p.


José Miguel (Jomi) García Ascot: Apenas, tan apenas  

APENAS, TAN APENAS...

Apenas, tan apenas
empiezo a darme cuenta de lo que habría que decir...

Es tan sencillo y difícil
porque es decir las cosas como son
ahora, en este instante,
y como duran o se deshacen o van quedando en polvo
a través de su tiempo
-y no el de otras cosas-
y a través de mi tiempo
que debe ser también el de otros muchos hombres
ya en sus manos
ya perdido en el oscuro pan de su memoria.

-No hay que usar palabras hasta que pesen
su peso justo -o poco más o menos-
y estén llenas hasta su borde o casi
de materia
-que es también el silencio
y la nostalgia y la mañana.

No hay que tener miedo de hablar del alma
pues ya que la nombramos es que nos duele
su herida o su vacío.

Hay que decirlo todo y ser exactamente
imprecisos.
Hay que decirlo todo
para poder decir el mundo nuestro mundo
que es lo que hemos recibido
lo que podemos alegre o dolorosamente aprender
lo que podemos y debemos dar
lo que al fin en nosotros será juzgado
cuando esta hermosa y vasta lengua haya muerto
como un papiro, como una tabla,
como un pedazo de piedra
testarudamente labrada.

García Ascot, Jomi, 1975. Un modo de decir, Universidad Nacional Autónoma de México, 99p.


José Miguel (Jomi) García Ascot: Todo Comienza  


TODO COMIENZA


Todo comienza porque faltan palabras
porque hay demasiada vida
y no basta vivirla
porque hay demasiado mundo
y no basta estar en él como un árbol
que se estremece al más ligero soplo
ahogado de silencio y de memoria.

Todo comienza porque un niño
me canta por adentro una mañana
y miraba y miraba las luces que corrían
desde un tren.

Todo comienza desde un amor lejano
desde un amor sin nombre
por tantas tantas calles de este mundo
vieja canción de andar por ahí, andando,
y el futuro sonando en los bolsillos.

Todo comienza por algo que será recuerdo
y aún no sabemos
por algo que es recuerdo y lo olvidamos
por algo que es recuerdo
y se nos vuelve tiempo
y vida presurosa entre las manos.

Todo comienza donde empieza el humo
como el olor del campo
que perdimos.

Cielo de mi ciudad, devuélveme la vida
que no puede volver,
dame otra vez el aire de tus tardes
si no puedes en pan, en la palabra.

García Ascot, Jomi, 1975. Un modo de decir, Universidad Nacional Autónoma de México, 99p.


José Miguel (Jomi) García Ascot: Un modo de decir  


UN MODO DE DECIR

Escribir poesía es hablar de huecos y presencias,
de cosas que suceden
y de cierto color que da la vida
al cuerpo de la mañana o la madera.

Escribir poesía es un modo de decir
como ha pasado el tiempo por nosotros
y cual su sedimento de rumores
en ese olvido oscuro que llevamos por dentro
y donde despertamos cada noche
y escuchamos los trenes que se alejan.

Escribir poesía es haber visto, desde la cima de la infancia,
la esperanza que nos amanecía
y haber sentido ese sordo dolor entre los huesos
de que el amor es cosa que se pierde.

Y es muchas cosas más, tejidas en el tiempo,
tardes de lluvia o sol a bofetadas,
salas de espera y dunas y amores y hospitales,
cuerpos del ser, memoria de los vientos.

Escribir poesía es silencio y palabras,
un modo de decir que estamos existiendo
y que esperamos a que empiece la vida,
y que se nos acaba.

García Ascot, Jomi, 1975. Un modo de decir, Universidad Nacional Autónoma de México, 99 pp.


Charles Bukowski: Air and light and time and space  

“-you know, I’ve either had a family, a job, something
has always been in the
way
but now
I’ve sold my house, I’ve found this
place, a large studio, you should see the space and
the light.
For the first time in my life I’m going to have a place and the time to
create.”

No baby, if you’re going to create
you’re going to create whether you work
16 hours a day in a coal mine
or
you’re going to create in a small room with 3 children
while you’re on
welfare,
you’re going to create with part of your mind and your
body blown
away,
you’re going to create blind
crippled
demented,
you’re going to create with a cat crawling up your
back while
the whole city trembles in earthquake, bombardment,
flood and fire.

Baby, air and light and time and space
have nothing to do with it
and don’t create anything
except maybe a longer life to find
new excuses
for.”

- Bukowski, Charles, 2002, The last night of the earth poems; Black Sparrow Press, Firs Ecco edition, New York, U.S.A., 405 pp.


A mi ritmo  

Soñé que Federico me aconsejaba lo siguiente:

En plena libertad elige tus compromisos, renuncia libremente a tu libertad, pero sé cuidadoso porque es imperdonable renunciar a la renuncia, es inhumano el querer volver a ser libre a costa de aniquilar la palabra dada a ti mismo, no puedes arrepentirte. Tómate mucho tiempo en la etapa de planeación, sin prisas, pero una vez decidida la acción ponla en práctica, la única energía deberás concentrarla en la ejecución, ya no habrá marcha atrás, no tendrás preocupaciones porque nada se podrá replantear ni cancelar o revertir, sólo te quedará ir hasta el final de lo planeado y completar el trabajo.


Hoy me levanté sin prisas.


Xotlatzin >< :>

miércoles 23 de junio de 2010; 23:05 hrs.


Choque cultural  

Fui a un lugar ajeno con costumbres extrañas pero prácticas, me gustaron y las adquirí, las apliqué. La gente se espantó de que su farsa fuera tomada en serio.

Xotlatzin >< :>

viernes 11 de abril de 2008 ~22:00 hrs.


Futuro: Cosecha de acciones  

Reflexiones de la sección 1.1 a 1.3 de C. I. Lewis (1946).

El sufrir o el gozar no sólo es relativo y personal, sino merecido y justo (con sus honrosas excepciones).

Cualquier persona tiene la capacidad de adquirir los conocimientos necesarios para usarlos como elementos de evaluación con el propósito de actuar para influir sobre acontecimientos futuros.

Un ser activo debe anticiparse a las experiencias para provocarlas o anularlas (en medida de lo posible). Si éste tipo de acciones preventivas no se implementan, entonces el individuo pasivo no podrá actuar más allá de sus sentimientos y deberá resignarse a una vida de gozos y de sufrimientos arrojados sobre él por un destino azaroso y caprichoso. Si el individuo no tiene la capacidad de hacerse de tales conocimientos, o si sus conocimientos son ajenos a la realidad, entonces las consecuencias pueden resultar fatales.

Es importante diferenciar entre creencia y saber, ya que la creencia puede ser falsa y por lo tanto ser contraria a la esencia del saber, es decir, a la verdad.

Muchas veces nos sentimos irritados cuando alguien nos cuestiona sobre algo y no podemos dar fácilmente una respuesta correcta, tal situación pone en evidencia ante nosotros mismos la posibilidad de que nuestras decisiones estén sustentadas en premisas inseguras; éstas personas inquisitivas son positivas para nosotros ya que garantizan un control de calidad en la consistencia de los argumentos que usamos frecuentemente para tomar decisiones.

Si logramos neutralizar la reacción de nuestro ego lastimado e ignorar nuestro amor propio caído cuando no sabemos qué responder a algunas preguntas, entonces descubriríamos que a menudo entre más seguros estamos de lo que creemos saber, más trabajo nos cuesta el poder precisar lo que queremos decir y el cómo es que lo sabemos. El saber no es una categoría descriptiva sino normativa: demanda exactitud.

La próxima vez que alguien te pregunte:

1. ¿Cómo lo sabes, en qué se basan tus creencias para que sean verdaderas?

2. ¿Qué quieres decir, cuáles son las evidencias de lo que dices?

Ponte alerta, porque si no puedes contestar a una de estas dos preguntas se entenderá implícitamente (sin necesidad de decirlo) que te has retractado de tus aseveraciones.

No te sientas agredido, reflexiona y piensa que el inquisidor al retarte a dar explicaciones que no sólo sean convincentes, sino exactas y apegadas a la verdad, te hace el favor de afinar tus mecanismos de evaluación para poder planear acciones que de alguna manera repercutirán en tu futuro. Se vale decidir sufrir, ¿por qué no? Lo que es importante es el tener consciencia del desenlace al que nos conducirán nuestras propias acciones.

Hace unos años un vecino, entrado en sus sesentas, caminaba descalzo y en calzoncillos por el estacionamiento de la unidad habitacional en la que vivíamos -¡Ayúdenme por favor! –Gritaba restregándonos su incomodidad por el estado psicológico en qué se encontraba. Mi amigo D. se asomó y dijo tajantemente: – ¡Mira la cosecha de una vida saturada de malas decisiones! Todavía se me erizan los vellos cuando recuerdo esa frase en sincronía con el lamento.

“..es con los actos como respondemos siempre, y también con los actos preguntamos.”

José Saramago en El año de la muerte de Ricardo Reis.


Lewis, C. I., 1971, An analysis of knowledge and evaluation: The Paul Carus Lectures: La Salle, Illinois, Open Court Publishing Co., 568 p.

Xotlatzin >< :>

martes 15 de abril de 2008; ~23:00 hrs.


Búsquedas: (Al Ing. Alejandro Cadaval) ¡Dondequiera que estés!  


(Al Ing. Alejandro Cadaval) ¡Dondequiera que estés!

El libro que marcó mi adolescencia fue Siddhartha, de Hermann Hesse, me identifiqué con la búsqueda obsesiva y el ascetismo del personaje, incluso llegue a ayunar 24 días seguidos en los que sólo bebí agua, kaliolite (una sal de potasio indispensable para garantizar el funcionamiento neurológico) y un poco de miel, la cual era un festín. Por esa época me enteré de que el azúcar era una droga muy potente en la edad media, tan fuerte como la actual cocaína, si quieres verificarlo te invito a ayunar cuatro días y después meterte una cucharadita de azúcar refinada, ¡ahí me cuentas el pasón!

Cursé una materia que se llamó Recursos y Necesidades de México, el Ingeniero Alejandro Cadaval calificaba de acuerdo con el número de días que se habían aguantado en completo ayuno, era bien fácil descubrir si alguien mentía porque las manos se mantienen frías después del tercer día en que no se ha comido, así que el saludo de mano al inicio de la clase era obligatorio, nuestro profe decía que también se notaba lo cristalino de la mirada, vista diamantina del ayunante, como la de los niños, decía. El maestro nos aseguraba que un ayuno podía curar el cáncer. ¡Nadie creyó evidentemente que un ingeniero civil tuviera el remedio al desorden en el crecimiento celular, pero hace unas semanas leí en la revista científica que efectivamente, el ayuno ayudaba a resistir las sesiones de irradiación en los tratamientos oncológicos, Lizzia et al., 2008 ; Alejandro estaría muy contento de oír la ratificación parcial de su doctrina. Desafortunadamente nuestro mentor murió hace unos años; yo creo que él está vivo y que fingió su muerte, estoy convencido de que en alguna aldea está casado con una linda jovencita 40 años menor que él ¡Ojala!

Volviendo a lo del libro, todo en él era fascinante, hasta me imaginé tener un cuate que se parecía a Govinda, lo único que no me gustó fue el final de la novela. Siddhartha termina, tras una vida de disciplina y búsqueda espiritual, viviendo en una choza a la orilla de un río, moviendo una balsa, ayudando a eventuales viajeros que necesitan pasar de un lado a otro del embalse. Yo no me conformaría con eso, yo quise viajar, conocer el mundo, hablar otras lenguas, ver a través de otros colores y mirarlo todo desde otras perspectivas.

Ahora, 15 años después, entiendo el final del libro de H.H. Yo tenía una choza, la vida fluía apaciblemente junto de ella, tenía todo para gozarla, todo me fue dado como regalo divino, no tenía que moverme, con una excepción: no tenía tranquilidad de espíritu, mi sangre contenía muchos remolinos. Aun no me siento equilibrado, mi vida todavía está fuera de balance, como dirían los Hopis. Ahora anhelo volver a la casa de donde partí.

Hace poco estaba presto a envolver mi colección de filtros y reunirme con los míos, pero me agarró un mareo, una angustia, un presentimiento. -¿Estaré huyendo de otro río, existirá la casa de antaño tan sólo en mi recuerdo, no he aprendido a tener sosiego, no corre un río también aquí, será que mi maestro sigue buscando, de eso se tratará, de buscar y no de encontrar?

Xotlatzin > jueves 17 de abril de 2008; 23:15 hrs.


Ilusiones 1.0  

La tarde era un poco más cálida que fresca, agradable y ventilada; ante nosotros una avenida limpia se engalanaba con sus palmeras altas, delgadas y artísticamente podadas. La gente educada completaba su plenitud vistiendo ropas cómodas de domingo mientras leía algún periódico disponible, acariciaba a sus perros recién bañados o alargaban algún chisme inofensivo.

Las mesas exteriores del café Starbucks con sus parasoles verdes y sus empleadas rubias, un poco más amables de lo normal, garantizaban ser el complemento perfecto de un lugar privilegiado en una tarde tan común como excepcional.

Le di el sorbo inicial a mi segunda taza de café negro sin azúcar; siempre mi segunda bebida es la que más disfruto, supongo que el pH de mi boca se ha equilibrado con la solución que está siendo ingerida, también los aromas han alcanzado una estabilidad a la que puedo calificar de clímax (ya no me son indiferentes y no me han alcanzado a empalagar), el cuerpo se relaja agradecido y para entonces uno ya encontró el lugar ideal alejado de las voces chillonas o de las lociones impertinentes.

A nuestras espaldas se oía una voz de hombre maduro de ocurrencias finas, sus comentarios nos arrancaban risas aún sin saber sus contextos. -¡Es el tipo de conversación amena que se disfruta en un café! -Dije. Mi compañera aventó una risa que dejó un suave eco en la memoria.

Todo en esa tarde fue perfecto, nos conformamos con disfrutarlo sin dejar entrar en nuestra atmósfera ningún tipo de análisis demasiado cuidadoso de nuestros placeres, como lo recomienda Emerson.

Ya pasado el momento, ya a salvo, ya intocable e inmutable por la reflexión, me sorprende lo profundo que puede ser la felicidad de las cosas superficiales.

Xotlatzin >< :.

domingo 28 de abril de 2008; 23:17 hrs.

“.. hemos de conformarnos con disfrutar sin someter a un análisis demasiado cuidadoso aquello que nos ocasiona placer.”

Emerson (1946).


Emerson, W., 1967, Ilusiones, en M. Van-Doren, ed., Emerson, literato y filósofo; selección de sus obras: México, D. F., Editorial Limusa-Wiley, S. A., p. 235-247. Traducción de la obra original: The portable Enmerson, 1946, por The Viking Press, Inc., New York.


¿Quién dejaste de ser?  

El internet, el televisor, el teléfono celular, están a nuestro servicio, pero tales maravillas tecnológicas nos quitan más tiempo del debido.

La tecnología es una herramienta que nos permite agilizar nuestras tareas cotidianas, pero nuestra descuidada fascinación en ella puede consumir absurdamente minuto tras minuto de nuestros días sin darnos cuenta de ello.

Al reservar tiempo para la reflexión, para el cuestionamiento, para la lectura planeada, invertimos el tiempo en lugar de derrocharlo (Navarro, 2006).

“El valor del tiempo sólo se valora en la medida en que uno no lo tiene para hacer algo que debe hacer” (Navarro, 2006); si esto es cierto, entonces saturémonos de proyectos, vivamos acelerados, pero sin gritarlo ni quejarnos, sin atropellar otros tiempos, sin alimentarnos del tiempo de los demás, viendo los recursos temporales de las personas como el más valioso de sus derechos, agradeciendo y aprovechando cada instante que el amigo, que el maestro o que el familiar haga el favor de brindarnos.

Se pueden hacer maravillas sumando varios tiempos, como el darnos paz, el disfrutar del silencio acompañado, el discutir cómo resolver el acertijo de Sergio Mondragón; pero es urgente el acabar con el derroche absurdo de tiempo, ignoremos a los chismosos, a los monologistas, a los egocentristas, a los que siempre restan, a los que siempre se quejan y casi nunca proponen.

Dime cómo y con quién inviertes tu tiempo y te diré quién dejaste de ser.


Xotlatzin >< :>

Jueves 13 de diciembre de 2007; 23:13 hrs.

(fecha maya) 12.19.14.16.05

Vargas Pasaye, Rafael G. Jueves 19 de Octubre de 2006, Alfonso Nieto (ex rector de la Universidad de Navarra) opina que los estudiantes leen poco, ven bastante y escuchan mucho; Suplemento Universitario Campus Milenio.


Sobre el estudiar y el estudiante de José Ortega y Gasset  

Tenía cinco años hace treinta y tres, cuando oficialmente en el grado de pre-primaria se me dio el título de estudiante. Hasta hace una hora me enorgullecía cuando al llenar mis boletas aduanales marcaba una “x” en la casilla que indica estudios como motivo de mi traslado a un país en el que no nací biológicamente.

Debo confesar que no ha sido poco el dinero que han gastado mi país, mis amigos, mi esposa y mis padres en mi educación, y si agregamos los honorarios que he decidido no ganar, hacen de la suma total una pequeña fortuna sacrificada en aras del estudio, sin contar lo más valioso, el tiempo.

He estado literalmente “años hombre” frente a un número considerable de gente que ha sabido más que yo sobre diversos temas, y que ya sea por vocación o por ética académica se han esforzado generosamente (en diferentes grados) en transmitir conocimientos a sus alumnos accidentales.

He de decir que tengo relativa facilidad para seguir una argumentación compleja, para entender la lógica y los mecanismos por medio de los cuales se llega a las solución de diversos tipos de problemas planteados (triunfo de la genética y de nuestro sistema educativo); pero hace pocos años se apoderó de mi mente una especie de rebeldía contra el magisterio, lo que me ha traído algunos conflictos con mis queridos profesores, pero lo más inquietante es que me ha dejado en una atmósfera de culpabilidad.

Con relativa prontitud me sorprendo hastiado por la obligación de cumplir mandatos de mi comité académico; podría dar varios ejemplos menores como el hacer un cartel que muestre mis progresos; pero mi enojo es sólo evidencia de un dulce daño que puede desencadenar la consecuente liberación de mis pesares.

La latente válvula por la que se pueden escurrir mis descontentos se dibujó tras la lectura de un trabajo de José Ortega y Gasset, español nacido en 1883, década en la cual nació mi abuelo paterno.

Tras su breve pero sustanciosa lectura me di cuenta, casi con horror, de que yo no considero el dejar el proyecto de mi doctorado sin resolver como un fracaso de mi vida, por lo tanto podría prescindir de su solución y consecuentemente es algo que no busco porque no me es vital. Aquí precisamente está mi drama y el fracaso del sistema educativo internacional, no únicamente del mexicano.

Hay un requisito indispensable para adquirir sabiduría de acuerdo con Ortega y Gasset y es la necesidad, no es el deseo lo que lleva propiamente al saber, es la necesidad, es la sed de sabiduría lo que te convierte en crítico y pre juicioso de cómo las cosas han sido explicadas por otros. Cuando no me nace mostrar un cartel es porque sé que el tema de mi proyecto doctoral me ha sido dado, impuesto de alguna forma, es alóctono a mi curiosidad y por lo tanto es imposible de aprender.

Ortega dice que el agravio que se hace a los seres humanos es el colocarlos desde temprana edad en la situación de estudiante, se les obliga a hacer algo falso, a fingir que sienten una necesidad que no sienten, las personas se ven obligadas a interesarse por lo que no les interesa.

El pensador español coincide con el filósofo alemán. Ortega dice que el hombre es propiamente sólo lo que es auténticamente por íntima e inexorable necesidad; Nietzsche dice “Todo lo bueno es instintivo”.

El hacer cualquier cosa no nos hace hombres, sino ser lo que irremediablemente se es.

Cuando el estudiante se ve ante una montaña inmensa de conocimientos acumulados tras siglos del hacer humano que ha alcanzado el saber (conocimientos buscados, no impuestos) es cuando se cumple el triste hacer humano que es el estudiar. Al obligarnos los maestros a tragar el conocimiento, nos introducen en la mente, según Ortega y Gasset, un cuerpo extraño, un repertorio de ideas muertas, inadmisibles, o lo que es lo mismo, inertes, que al no ser espontáneas carecen de autoctonía, son extrañas, inteligibles y por lo tanto irreales. Al no ser asimiladas auténticamente, el hombre queda intacto, inculto, bárbaro.

El requisito para estudiar cualquier ciencia es el que preocupen espontánea y verdaderamente sus cuestiones.

“Mal puede nadie entender una respuesta cuando no ha sentido la pregunta a que ella responde”.

Ortega y Gasset me advirtió con tiempo que no bastaba con ser buen estudiante para lograr asimilar la ciencia ya que el problema del estudiar tiene la doble naturaleza de ser necesaria e inútil.

Enseñar, es enseñar la necesidad de una ciencia y no enseñar la ciencia cuya necesidad sea imposible hacer sentir al estudiante.

Aquí está la puerta al final del túnel, si bien no lograré hacer mío el proyecto que sembraron en mi mente (pues nunca será espontánea mi preocupación por sus cuestiones, a lo más serán contagiadas), sí he comprendido la lección.

Mis propios proyectos esperan, mi ansiedad de conocer está viva y mis estudiantes venideros serán advertidos de que el único camino liberador, la única forma de llegar a ser, es necesitar ser; será requisito adicional el que cada quien escoja sus propias rutas con pies ansiosos por caminarlas y con la lectura de Ortega y Gasset como cantimplora.


Xotlatzin >< :>

Martes 18 de septiembre de 2007; 09:22 hrs.


Elegir familia (Séneca)  

Séneca, en su libro “Sobre la brevedad de la vida”, en el capítulo XVI nos recuerda que no tuvimos la oportunidad de elegir a nuestros padres biológicos, y que nos fueron asignados a la suerte.

Sin embargo se nos permite nacer a nuestro capricho, lo que interpreto como que algunos pueden escoger el no nacer.

Lucio Anneo nos señala también que hay numerosas familias de abolengo intelectual extraordinario;

-¡Elije para ti aquella en la que quieres ser admitido!

Nos invita.

Así que yo puedo decidir el convertirme en el miembro más joven de la familia de los Aristófanes, de los Itzcoatl o de los Vasconcelos.

Como lo dijo otro ilustre Ibérico, Ortega y Gasset, el individuo debe escoger pertenecer, y ésa decisión debe ser consecuencia de una necesidad y no de un deseo, así pues déjame preguntarte. ¿Tú necesitas escoger a tu familia, has decidido nacer?


Xotlatzin >< :>

Viernes 21 de septiembre de 2007; 10:23 hrs.


Para hacer nuestras ideas claras (Charles Sanders Peirce); notas  

Nada nuevo puede aprenderse de analizar definiciones.

La única función del pensamiento es producir hábitos de acción.

Creencia:
• Es algo de lo que estamos conscientes,
• Apacigua la irritación de la duda,
• Establece en nuestra naturaleza una regla de acción (un hábito),
• Como calma el malestar que produce la duda, el cual es el motivo del pensamiento, entonces causa un relajamiento momentáneo del pensamiento cuando la creencia es alcanzada. Pero como la creencia es una regla de acción, producirá más dudas, más pensamientos, así que es un lugar de descanso y al mismo tiempo es un lugar de inicio para el pensamiento siguiente (Pierce lo llama pensamiento en descanso, aunque el pensamiento sea esencialmente acción).

La esencia de una creencia es el establecer un hábito.

Para revelar el significado de un pensamiento, simplemente deberemos determinar los hábitos que éste produce, una cosa significa simplemente los hábitos que ésta causa.

Cada propósito de acción está encaminado a producir algún resultado perceptible.

Considérese qué efecto real pudiera tener un concepto, nuestra concepción de tales efectos es la totalidad de la concepción del objeto.

Ante una acción pasada, el preguntarse ¿qué hubiese sucedido si se hubiera actuado de distinta forma? Tal pregunta se contesta no preguntándose sobre los hechos, sino solamente reordenándolos.

Si sabemos cuáles son los efectos de algo, conocemos toda implicación en afirmar que tal cosa existe, y no hay nada más que saber.

Diferencia entre realidad y ficción:
• Lo real es aquello cuyos caracteres son independientes de lo que cualquiera pueda pensar que son.
• El único efecto que pueden tener las cosas reales es el causar creencia.

Cuidado con permitir:
• Que la lealtad hacia una idea reemplace la búsqueda de su veracidad,
• El contentarse con encaminar nuestras opiniones usando un método, que llevaría a otros hombres a resultados diferentes, es traicionar una endeble concepción de lo que es la verdad.

Una sucesión de investigaciones provoca que una fuerza, ajena a varias posiciones encontradas, las arrastre fuera de ellas mismas hacia una sola y misma conclusión, la cual es una opinión predestinada a ser aceptada por todos los investigadores; a tal conclusión la llamamos verdad y su objeto representado es lo que denominamos como real.

La realidad es independiente de lo que el hombre pueda pensar de ella.

No hay un camino real para la lógica, las ideas realmente valiosas se pueden alcanzar sólo pagando el precio de una atención cuidadosa.

GRUPO DE ESTUDIOS PEIRCEANOS

Charles S. Peirce (1878), CÓMO ESCLARECER NUESTRAS IDEAS

Xotlatzin >< :>

Jueves 18 de Octubre de 2007; 23:44 hrs


Dos poetas, dos reflejos  

Espejo

(Sergio Mondragón)

Yo repito mis gestos

día con día.

El desafío del espejo

lo recojo:

sólo un agua natural y primitiva me responde:

es Narciso en la escalera

es el lirio de los años que desfilan

y repito y repito y froto

a ver si la luz estalla

y quiebra este espejo estéril y empañado.


Mondragón, Sergio, 1969, El Aprendiz de brujo: México, D. F., Siglo XXI.


Autodefensa

(Elías Nandino)

Un día,

la voz de la conciencia

me laceraba tanto

que, desesperado,

me coloqué

frente al espejo

y discutí…

(Salí absuelto

y los dos terminamos

llorando…)


Nandino, E., 2000, Juntando mis pasos: México, D.F., ALDUS, S.A., 87 p.


Xotlatzin >
lunes 10 de marzo de 2008; 11:24


Estoy en la creencia (A José Ortega y Gasset)  

Si mis creencias se descaran eclipsarán mis ideas,

bajo los reflectores diurnos se litificarán

cementadas por secreciones enjuiciosas.

El consciente colectivo

tendrá su piedrita en el zapato

y habrá que apelar al

eficaz pero modorro recurso del tiempo para hacerlas polvo.


Xotlatzin >< :>

Miércoles 19 de septiembre de 2007; 09:39 hrs.


Nietzsche lo sabía  

Me desperezo y pinto mis estrategias, las camino, me gusta cansarme, vuelvo casi siempre norteado, me sorprendo gozando de mis extravíos, reposo y me envuelve el señor de la bella noche mientras leo susurros de sabios que se desprenden de las quebradizas páginas amarillentas, gracias a la magia de mis ojos y de sus letras.

Mis vellosidades se han vuelto amarillas y algunas canas, oigo alarmas de amigos de hace décadas que me alertan de la amada juventud que se nos escapa.

Me desperezo y pinto mis estrategias: -¡Ajá, lo sabía! Veo una ruta clarísima, cada mañana es la adolescencia de un ciclo más corto, entusiasmado salgo muy de mañana, descubro a los viejos infragantis llenándose de la niñez de cada día; se saben descubiertos y sonríen dándome la bienvenida al grupo con sabiduría.

Quiero caminar cada adolescencia de cada día, cada primavera de cada año, mientras gozo del bello verano de mi vida.

Se repiten los ciclos pequeños en ciclos clonados y magnificados, del pulso temporal infinitamente corto al infinitamente largo, y luego y antes, todo se repite infinitamente en un gran eco eterno de tiempo. Aquí está la maravilla, el tiempo también es fractal. Nietzsche lo sabía.

Xotlatzin >< :>

Sábado 22 de diciembre de 2007; 12:30 hrs.

(fecha maya) 12.19.14.16.14


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No me fatiga la tempestad sino la náusea (Séneca).