¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick? por Atilano Contreras-Ramos  

Quiero compartir con ustedes una reflexión del Dr. Atilano Contreras-Ramos (2007):



¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick?

Como dirían dos viejos amigos que se ven de vez en cuando, tenemos mucho de que conversar. Hay aspectos de actualidad, tales como qué modelo de trabajo científico se aplica en México y si es idóneo para el tipo de país que deseamos tener, temas que sin duda son importantes para nuestro quehacer académico y sobre los que es necesario debatir. No obstante, desearía primero compartir brevemente un tema conceptual, presentado hace más de 40 años por el físico John R. Platt, en un artículo frecuentemente citado (Science 146, 1964, p. 347-353), sobre lo que él denominó “inferencia fuerte” (strong inference, o inducción poderosa, en traducción libre).

A pesar de los años que tiene esa publicación, aparentemente su propuesta no ha permeado el mundo de la ciencia, menos aun el de otras ramas del conocimiento o de la actividad social, como la política, donde sin duda se podría aplicar también.

En pocas palabras, la exposición de Platt se basa en que no todas las ramas del saber científico avanzan al mismo ritmo, sino que algunas, como la biología molecular o la física de alta energía avanzan mucho más rápido (al menos en 1964). La explicación, argumenta Platt, no radica en la calidad de los científicos o en la cantidad de fondos dedicados a cada investigación, sino en un aspecto intelectual. La causa descansa en la aplicación de un tipo de método que combina la inducción tradicional de Francis Bacon, complementada con el “método de las hipótesis múltiples” del geólogo T. C. Chamberlin, más o menos organizado en los siguientes pasos:

  1. Diseño de hipótesis alternativas,
  2. Diseño de un experimento crucial, o varios de ellos, para corroborar las hipótesis,
  3. Ejecución del experimento de manera que se obtenga un resultado limpio,
  4. Reciclaje del procedimiento con la elaboración de subhipótesis o hipótesis secuenciales para refinar las posibilidades restantes, y así sucesivamente.

Para que el método surta efecto debe aplicarse sistemáticamente, en todos los problemas científicos, de manera formal y explícita.

En realidad, lo más difícil podría ser cambiar nuestro esquema de pensar y actuar, de uno orientado al método a otro orientado a los problemas. Otra dificultad es que muchos científicos trabajan sobre una sola hipótesis (posible explicación a una pregunta), por lo cual desarrollan vínculos afectivos hacia ésta. Así, puede haber varios científicos, cada uno en la defensa de su propia hipótesis, lo que por razones sociológicas podría traer un avance más lento en su disciplina.

Platt explicó que en los tiempos clásicos de la biología molecular, podía observarse el pizarrón del laboratorio de Francis Crick en Cambridge, cada mañana, cubierto de árboles lógicos, con rutas a seguirse para intentar responder varias preguntas, es decir, con posibles experimentos que eliminarían algunas de las hipótesis alternativas para cada pregunta, árboles que eran modificados a lo largo del día conforme se iban llevando a cabo los experimentos.

¿Qué ha pasado desde entonces en otros laboratorios del mundo y en otras disciplinas? ¿Por qué la ciencia parece avanzar más rápidamente en unos países que en otros? En cuanto a disciplinas, se puede argumentar que hay algunas que comunidades bióticas, son heterogéneos y no tienen comportamientos predecibles, como sí ocurre con el movimiento de los cuerpos o de las partículas subatómicas, en el caso de la física. En cuanto a países, una explicación es que no todos destinan el mismo porcentaje del PIB a la ciencia.

Tales argumentos son importantes y poseen cierta validez, pero puede haber otros. Por ejemplo: ¿no estarán ausentes en nuestros laboratorios esos momentos necesarios para sentarse a pensar detenidamente qué preguntas queremos contestar, con qué experimentos u observaciones las podríamos resolver y cuáles serían las explicaciones alternativas que tendríamos que descartar paso a paso, de manera que nuestro árbol lógico en el pizarrón del laboratorio se modifique día a día con nuestros resultados y los de nuestros estudiantes? ¿Es posible hacerlo en medio de los numerosos trámites burocráticos que deben hacerse para conseguir que se libere el dinero necesario para comprar desde un matraz hasta un gramo de reactivos?

Valdría la pena someter a prueba modelos que permitan a los científicos mexicanos dedicar la cantidad y calidad de tiempo a la ciencia equivalente a la que invierten los científicos del llamado primer mundo ¿no lo cree usted, amable lector?

Texto del Dr. Atilano Contreras-Ramos (Profesor Investigador de Tiempo Completo, Laboratorio de Sistemática Animal, CIB, ICBI, UAEH.

Bibliografía:

Contreras-Ramos, Atilano, 2007. ¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick?, Herreriana, 3(1): 7-8.

Platt, J.R., 1964. Strong Inference. Science, 146(3642): 346-353.


1 comments: to “ ¿Por qué nuestros pizarrones no se ven como el de Francis Crick? por Atilano Contreras-Ramos

  • Xotlatzin
    May 14, 2009 at 1:21 PM  

    Sin duda los datos son los que tienen la potencialidad de invalidar a los modelos, y no al revés.

    No conocía a Feyerabend, pero intuyo que es la depresión andando, sin embargo, me aventaré ese chapuzón!

    Soy geólogo ke, pero como bien sabes, los sistemas terrestres están completamente interrelacionados.

    Un gusto leerte Ke! Saludos,

    Xotla.

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