Entré al corral de coches de la Facultad de Medicina,
bajo el mural de Eppens que no veía,
acabó el semestre,
qué triste día,
ausente y fastidiado vi claramente que anochecía,
a pesar de que materia alguna no había exentado,
alguna que otra curva me había excitado,
pensaba en cualquier cosa mi pobre mente,
veía el andar de gente que indiferente
huía a alguna parte a refugiarse
después de una semana de desvelarse.
Oí acercarse a alguien que iba con prisa,
se detuvo a mi lado,
vi su sonrisa,
quedé desconcertado y respondí “hola”,
algunos 19,
buena y sola,
dije mi nombre,
¿y el tuyo, qué onda?...
–Lucero, dijo,
bueno ¿y ahora,
por qué me hablaste,
cuál es tu cuento?
–Porque tenía ganas de hacerte esto:
jaló al instante,
rozó mis labios,
volteé la cara:
-¿Por qué lo hiciste,
cuál es tu cuento?
Porque tenía ganas de hacerte esto,
sentí su lengua palpitante
que en mi boca daba un masaje,
respondí tranquilo,
sin alterarme.
Fue algo agradable,
quiso alejarse.
-¡Lucero! Dijo,
para soltarse.
¿Tienes teléfono,
puedo acompañarte?
¡No,
sólo tenía ganas del beso darte!
Logró soltarse,
estaba inquieta,
quería ocultarse.
¿La estaban viendo?
Se fue sonriendo.
No quise ver cómo se iba,
me sacó de onda,
era muy linda,
seguí tranquilo,
llegué a mi cuarto,
me recosté
con un agradable sabor a bilé.
Xotlatzin >< :>
domingo 4 de septiembre de 1988; 20:59:57 hrs.