Empolvarse de noches  

Los espejos azules, insertos en la culebra ocre, resaltaban los amarillos de la temprana tarde, avanzábamos en sincronía sin ser conscientes, yo de mis pasos ni ella de su agonía, los tropiezos me despabilaban más por los ruidos que por lo sufrido; los ecos hacían llegar mis yerros antes que lograra amalgamarme con mi destino. Decidí jugar a que mis pies eran meteoros que deshacían charcos, envuelto de eyectas, los sonidos adelantados se devolvían para atenuar a sus consecutivos, me pregunté a quién frenaba yo y a mi quién me ataba, el espejo se regeneró disminuido, ennegrecido, el fango se me quedó como testigo, la serpiente seguía su reptación, con el caer de la tarde su piel mudaba de tonos raspándome con sus filos, eran las estrellas con sus brillos, en la noche olvidé los colores y afiné el oído, los ecos ya se habían ido, me volví transparente, diamantino, bañado de noche, serenado, bendecido.

Xotlatzin >< :>
jueves 27 de mayo de 2010; 21:26 hrs


Degas: Naranja con puesta de sol  

En períodos discretos se desgaja mi naranja jugosa, primero se parte en sus mitades, después en trece lóbulos cubiertos de amarga blancura, miles de vejigas neutralizan sus sinsabores, un viento Degas-ificado y vespertino me confunde la fruta con la puesta del sol de abril, exprimo un poco de zumo para irritarme los sentidos y se me escurre la saliva llena de risas tontas. Me acuerdo que las sombras conservan los matices cuando veo a mi calle perder su perspectiva al llenarse de grises ocre. En períodos discretos se me desgaja también la vida que se impregna de repiques dominicales, de niños correteando a seres invisibles, como el sabor a naranja que se pierde en los paladares.

Xotlatzin >< :>
Lunes 24 de abril de 2010; 10:53 hrs.


Tres personas en una  

Soñé que me veía desde una camioneta. Mi yo el observador, al que soñé, viajaba recostado en la caja trasera, viendo lo dejado, alejándose del horizonte. Las sensaciones del durmiente, eran no las del observador, sino las del mi-yo el observado, un niño de seis años en pantalones cortos que viajaba al lado de una terracería cálida y húmeda, supe que estaba pedaleando rumbo al oeste porque su (mi) cara se bañaba de un rojo que calentaba las entrañas de nosotros tres, desde distintos tiempos pero en un sólo instante. La dicha se salía por la exhalación de todos en un placer de trinidad unitaria pero a la vez dispersa, desde el sueño, desde el viaje y desde la infancia. Mi yo el observador tenía los mismos cuarenta y un años que tenía yo al tener el sueño, miraba al este al infante que en una parsimonia milenaria le sonreía al sol agonizante. Giré la cara hacia donde iba la camioneta pero no pude ver el futuro.

Xotlatzin >< :>
domingo 16 de mayo de 2010; 22:29hrs.


Turno al bate  

Me recomiendan golpear la pelota sólidamente, sin tutubeos y con un swing perfecto, rítmico, colocado y contundente.

El sonido local de la vida anuncia mi turno al bate, mi respiración entra en resonancia con los microsismos de la trinchera de Acapulco..

Home run!

Xotlatzin >< :>
5 de mayo de 2010; 08:14 hrs.


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No me fatiga la tempestad sino la náusea (Séneca).