Hurgando en el modo R
Estoy practicando (llevo dos días apenas) algo que me comentó mi padre que él hacía y que leí recientemente en un libro buenísimo que estoy devorado (El pensamiento y el aprendizaje práctico, de Andy Hunt, 2008).
El autor sugiere que uno se pare por la mañana y antes de hacer nada nos pongamos a escribir a mano por lo menos tres páginas, él dice que hay dos modos en los que opera nuestro cerebro, un modo lineal y otro un tanto aleatorio pero rico en información; el problema es que sólo tenemos injerencia sobre la parte lineal.
El ejercicio consiste en escribir casi dormido, sin que nos importe el qué escribimos ni el cómo lo hacemos (olvidándose de la computadora, de la gramática y de la ortografía), sólo dejando salir las frases, lo que nos venga a la mente, sin poner cuidado (ni siquiera pensar) en la coherencia de las ideas, sacándolas, derramándolas sobre la blancura, purgándonos de ellas. No me van a creer, pero en esas dos ocasiones mi escritura ha sido muy fluida, las palabras se salen solas y es cuando me gustaría saber un poco de taquigrafía para poder alcanzar el ritmo en que se suceden las palabras en su desesperación por evacuar.
Mr. Hunt recomienda hacer esto todos los días, sin interrumpir uno sólo, como técnica para tomar algo de lo que está en nuestra zona “prohibida” del cerebro, de esa forma ese hemisferio se hará más y más accesible y cederá un poco su reticencia a ser usada a voluntad.
Durante el día, ya despiertos y alertas, podemos usar la parte lineal (analítica) de nuestro cerebro, a la que siempre tenemos acceso; entonces será el momento para depurar, para corregir o hasta para censurar lo que la parte desbarajustada nos expuso, muy pero muy a su pesar. ¿Cómo ven?
Xotlatzin >< :>
martes 27 de enero de 2009; 14:15 hrs.