Genética combatiente
La voz interna huyó de mi mente porque se cansó de gritar sin ser tomada en cuenta, y cuando supo que los filtros habían sido perforados por la tinta, que le cerebro se quedaba paralizado por el fluir de la palabra escrita, entonces vio la forma de ser oída sin ser pronunciada.
El peor enemigo que tengo tiene mi mismo nombre, así que decidí cambiar el que uso y combatirme a muerte, cuando mi héroe perezca ganará el más fuerte ¿cuál sucumbirá, podrá el sobreviviente cargar con la culpa del suicida?
Si floto es porque rompí mis contrapesos, pero eso es más peligroso que el permanecer terrestre. Ésta bipolaridad de caracteres es genética; ella es nobleza pura e ingenua, él es nobleza pura y sagaz; el común denominador es la nobleza. ¿Estará entonces la sagacidad combatiendo la ingenuidad, y por qué no la sucumbe? Hay algo en lo ingenuo que es inmune a las ofensas.
Pero todo es más complejo, cada una de mis facetas es sólo la manifestación en consecuencia del predominio de su opuesta.
En la amistad es donde encuentro la mayor cercanía con Dios, y cuando descubro traiciones, se violentan mis reacciones y me vengo asesinado Dioses; mi madre ríe sabiamente y me susurra suavemente -¿Acaso no sabes que son inmortales?
Todas ésas particularidades me han dado algo muy preciado, la soledad, la soledad no es un castigo, es un don (¡otra vez Chinaski!). Cuando estás solo puedes decidir tranquilamente, evitar voces, pensar o de dejar de hacerlo, tenerte, sentirte, saberte.
Pero sólo con Metztli me completo, sin ella me vacío, me vuelvo ajeno y me quedo solo, que es la parte fea de la soledad.
Xotlatzin :>
23 de Junio de 2007
10:50 hrs.
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