Visitas matutinas  

Esos tipos no me dejan en paz, sí, gozo con su presencia,
pero todo tiene un límite.

Esta mañana llegaron muy temprano,
me levantaron y Metztli apretó las labios en señal de molestia.

-¡Saca tu pluma!; Ordenaron,
mientras escribía noté su complacencia.

Cada quién se dedicó a lo suyo:
Octavio abrió su revista,
Charles se rascó un sobaco,
Jaime miraba el techo del cuarto,
y Friedrich permanecía inmóvil
con sus ojos desorbitados y su bigote abultado.

Vi el reloj y me disculpé con el pretexto de necesitar un baño.
-¡Volveremos!; Amenazaron.
-¡Tenemos cuentas pendientes, y van para largo!

Oí sus risas mojarse entre zumbidos cercanos,
por mis tobillos escurría el letargo,
me sobresalté al saber que no era ya tan temprano.

Xotlatzin :>
Jueves 12 de Julio de 2007
07:01 hrs.


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No me fatiga la tempestad sino la náusea (Séneca).